Pelajes de caballos de la Raza Criolla y su relación con la Genética

 

CRUZADO

Origen de la terminología de la particularidad de los miembros cruzado y su denominación rioplatense actual.

Adjetivo utilizado para designar una particularidad de los pelajes de los caballos atribuible a la ubicación de los calces de los miembros. Es el que tiene blancas una pata delantera y la opuesta trasera.

Origen
El término castellano cruz es el semicultismo del latín CRŬX, CRŬCIS, del cual deriva el verbo cruzar y, de este, el participio cruzado. Tanto el verbo como su participio, toman en castellano diferentes acepciones de las cuales, en este caso, nos interesa la relativa al verbo cruzar en el sentido de atravesar una cosa sobre otra en forma de cruz.

Evolución
En general, cuando el adjetivo cruzado se aplica a animales, se refiere al animal nacido de padres de diferentes castas o razas. En el caso que nos ocupa, el término pasa a designar una peculiaridad en el pelo del caballo que parte, posiblemente, de la acepción ya señalada, del verbo cruzar. En este caso, el término se emplea para designar al caballo que presenta patas blancas “cruzadas”, es decir, en diagonal.

Debemos tener también en cuenta que en la naútica cruzar tiene el sentido de navegar en dos direcciones y es interesante señalarlo porque los términos marineros tienen una gran importancia en el léxico del español americano y, en este caso, más que un cruce se está señalando la posición de las patas en dos direcciones distintas.

En cualquier caso, nos encontramos ante una ampliación semántica, la creación de una nueva acepción del término, propia del español de América.

Significado
Como se ha señalado, el término cruzado, en este caso concreto, se refiere al caballo que presenta la particularidad de tener las patas blancas en diagonal, es decir, la de un lado en la parte delantera y la del lado opuesto en la trasera, mientras que el resto del pelaje es de un color diferente.

Concurrencia lexicográfica

El Diccionario de la Real Academia no incluye esta acepción del término. Solo encontramos esta definición del vocablo en dos de las obras consultadas:

-  Tito Saubidet, Vocabulario y refranero criollo (1948).

Cruzado: es él yeguarizo con los remos blancos en diagonal. Caballo que lleva una mano y la pata opuesta blanca, mientras que las otras, opuestas, son de otro color.

-  Diccionario de americanismos Sopena (1982).

Cruzado: dícese de la caballería que tiene blancas una mano y la pata trasera del otro lado.

Daniel Granada, en su artículo «Terminología hípica española e hispanoamericana», publicado en el Boletín de la Real Academia Española, tomo VIII (1921), lo define como:
Cruzado: blancos un pie y la mano del lado opuesto.

Ámbito geográfico

A causa de la escasez de textos en la que encontramos el término cruzado con el sentido que estamos analizando, no podemos establecer de forma exacta el ámbito de uso del mismo; si bien, podemos afirmar que se emplea en el Río de la Plata, puesto que Tito Saubidet lo incluye en su Vocabulario y refranero criollo, dedicado al léxico de esta área lingüística, y por su aparición en textos de esta zona; no podemos asegurar si se utiliza o no en otros lugares del continente americano.

Corpus lingüístico

Hemos encontrado el vocablo tan solo en uno de los textos de nuestro corpus literario sin haber podido obtener ningún otro ejemplo.

Conclusión rioplatense actual

Es cuando el caballo tiene una mano y una pata calzadas, pero la condición es que sean de distinto lado. Siempre la que define es la mano calzada. El cruzado derecho o tradicionalmente del lado del lazo, es cuando la mano derecha y la pata izquierda son las calzadas, y cruzado izquierdo o del lado de montar, es cuando la mano izquierda y la pata derecha son blancas.


   Cruzado de mano del lado de montar          Cruzado de mano del lado del lazo

 

Bibliografía

El léxico del caballo en el Río de la Plata del siglo XIX y principios del XX. Una aportación al léxico hispánico.

 Autora: Mónica Lamas García.

Director: José Ignacio Pérez Pascual Rosalía Cotelo García.

Programa de doutoramento en «Estudios Lingüísticos»

 

Origen de la terminología de la particularidad de los miembros maneados y su denominación rioplatense actual


MANEADO: -adjetivo – usado para denominar al caballo que tiene los pies, particularmente los delanteros, de color blanco.

Origen
Maneado 
procede del sustantivo castellano mano, del latín MANUS, MANŪS, con el mismo significado, “extremidad del cuerpo humano o pie delantero de los animales”.

Evolución
A partir del sustantivo mano se crea el verbo manear por adición del afijo -ear-, para referirse a la acción de “atar las manos de una caballería”. De este verbo derivan los sustantivos manea maneador, que designan a la soga empleada para maniatar al caballo. La primera de ellas es de uso general en español, aunque quizás se emplea más en América que en el español peninsular; la segunda, sin embargo, es de creación americana y se forma por adición del infijo -ad- y el sufijo -or- al verbo anterior.

Maneado es el participio de dicho verbo y, como tal, señala al caballo al que se han atado las patas delanteras con el maneador.

El participio maneado, por metonimia, amplía su significado en el Río de la Plata para referirse al caballo cuyas manos son blancas. Ya habíamos visto al referirnos a la voz boleado que, según la definición de Daniel Granada, el animal que presenta los pies blancos se denominaba boleado por ser esta la parte del cuerpo a la que se aplican las bolas y, al que presenta las manos blancas, maneado por ser aquí donde se aplica el maneador. En español general se emplea calzado en ambos
casos. A pesar de esta diferencia, Tito Saubidet refiere la posibilidad de que 
maneado se aplique al caballo con los pies blancos, señalando la diferencia a través de las expresiones maneado de adelante calzado anterior maneado de atrás calzado posterior. Otra forma de sujetar al caballo consiste en atar el pie y la mano de cada lado, para la que se emplea el verbo trabar, de ahí que Daniel Granada señale también el uso de un participio trabado para referirse al animal que presenta la mano y el pie de un lado de color blanco.

Este uso del adjetivo es, pues, un americanismo, creado por la analogía producida entre el lugar en el que se emplea el útil para trabar a la caballería y la parte del cuerpo en la que el pelo presenta un color diferente. Se produce, así, una ampliación en el significado del mismo por metonimia.

Significado
Maneado se emplea, además de para referirse al caballo que tiene las patas delanteras atadas, al animal cuyos pies, principalmente los delanteros, son de color blanco mientras que el resto presenta una capa de tonalidad diferente.

Concurrencia lexicográfica

Encontramos el término definido con este significado por primera vez en Daniel Granada, «Terminología hípica española e hispanoamericana» (1921).

MANEADOBlancas las manos. Aventaja al adjetivo trabado que es denominación equívoca, por su vario sentido. Trabado primeramente significó: blancos la mano y el pie del lado izquierdo. Las trabas, según expresa Covarrubias, se echan de los pies a las manos de la caballería, de donde resulta que traba no era entonces sinónimo de maniota o manea. De maneamaneado o blancas las manos».

El DRAE solo lo incluye en sus ediciones de 1803, 1817 y 1822, como participio pasado de manear.

Otras definiciones que hemos encontrado en este sentido son las siguientes:

Tito Saubidet, Vocabulario y refranero criollo (1948).

MANEADOParticularidad del pelaje del caballo en sus miembros. Se le llama maneado de adelante maneado de atrás al animal que lleva blanco en los dos miembros anteriores o posteriores. Esta mancha se halla en el sitio en que se coloca la manea.

También se le dice calzado.

Calzado anterior o maneado de adelante: cuando tiene solamente las manos calzadas.

Calzado posterior o maneado de atrás: cuando el caballo lleva solamente las patas calzadas.

Haensch - Nuevo diccionario de uruguayismos (1993).

MANEADO: -sustantivo/adjetivo- Caballo que tiene las manos o las patas de color blanco desde el casco hasta aproximadamente la mitad de la canilla calzado.

Diccionario integral del español de la Argentina (2008).

MANEADO: -adjetivo- Aplicado a un caballo, que tiene las patas de color blanco desde el casco hasta la mitad de la canilla: un potro maneado. Participio regular del verbo manear.

Ámbito geográfico

Carecemos de información específica acerca del área geográfica de uso de esta voz. El hecho de que, con el significado al que nos estamos refiriendo, relativo a una peculiaridad en el pelaje del caballo, solo la hayamos encontrado en diccionarios y vocabularios relativos al área rioplatense, nos lleva a la conclusión de que su uso está limitado a esta zona.

Conclusión rioplatense actual

Maneado: se denomina así al animal que presenta calzado de ambas manos o de ambas patas, diferenciándolos como maneado de adelante o de manos y maneado de atrás o de patas. El nombre de maneado responde a la herramienta usada para la sujeción, la manea, de lo contrario no quedaría correcto decir maneado de patas, ya que etimológicamente significa manos sujetas.


                                                   

 

 Bibliografía

El léxico del caballo en el Río de la Plata del siglo XIX y principios del XX. Una aportación al léxico hispánico.

 Autora: Mónica Lamas García.

Director: José Ignacio Pérez Pascual Rosalía Cotelo García.

Programa de doutoramento en «Estudios Lingüísticos»

 

Origen de la terminología de la particularidad de la capa manchado y su denominación rioplatense actual

MANCHADO
Se adjetiva con ese nombre al caballo que tiene alguna mancha visible en cualquier parte de su pelaje.

Origen
Manchado
es el participio del verbo manchar que encontramos en castellano en la primera mitad del siglo XIV, procedente del verbo latino MACULARE, con el mismo significado que en español. Manchado se utiliza para referirse a aquello que presenta manchas.

Evolución
En América el significado del término es el mismo que en el español europeo, pero, en aquel continente, se utiliza también para designar a cualquier animal que presenta diferencias de color en su pelaje. Esto mismo sucede cuando se refiere al caballo, aunque, en este caso, no se emplea para cualquier caballo en cuyo pelaje se aprecien manchas, sino que el significado se hace más específico para diferenciarlo de otros caballos con tonos desiguales.

Como señala Tito Saubidet, a diferencia del caballo tubiano, que presenta manchas bien delimitadas, el manchado es aquel que presenta alguna mancha visible en cualquier parte del cuerpo; puede ser overo o no, es decir, que el pelaje de fondo puede ser blanco o de otro color, aunque, en otra ocasión, el mismo Saubidet define manchado como el “caballo colorado con manchas blancas”.

Nos encontraríamos, entonces, ante una ampliación de significado a partir de la voz original que, en el caso del caballo, se especializa para hacer referencia a un tipo de pelaje concreto.

Significado
Podemos concluir, pues, que la voz manchado, referida al pelaje del caballo, designa al animal que presenta alguna mancha visible en cualquier parte del cuerpo, sobre un fondo de color uniforme.

Concurrencia lexicográfica

En 1846, en su Nuevo diccionario de la lengua castellana…, Vicente Salvá, introduce la siguiente definición de la voz que, si bien no hace referencia directa al caballo, sí, se refiere al pelaje de los animales:

Manchado:  Adjetivo aplicado a lo que tiene manchas -Maculis distinctus-. Definición que se reproduce en el Diccionario enciclopédico de la lengua española, edición de Gaspar y Roig (1853) y Ramón Joaquín Domínguez en su Nuevo suplemento al diccionario Nacional o Gran diccionario clásico de la lengua española (1869).

La RAE no introduce este significado específico en ninguna de las ediciones de su diccionario.

En cuanto a las obras consultadas para este estudio, hemos encontrado las siguientes definiciones:

Tito Saubidet, Vocabulario y refranero criollo (1948).

Manchado: Pelaje de vacuno o yeguarizo a manchas grandes sin ser tobiano. Puede ser manchado overo y también, sin ser overo. Vale decir que tenga alguna mancha bien visible en laguna parte del cuerpo. Puede ser gateado mancha en el pecho, colorado mancha en las costillas, etc.

Manchado: colorado con manchas blancas. Cuando las manchas del yeguarizo son granes y bien delimitadas, hermoseando por ello al caballo, se le dice tobiano colorado.

Haensch -Nuevo diccionario de uruguayismos (1993).

Manchado: sustantivo/adjetivo- Es el caballo o animal vacuno que presenta un pelaje con manchas sobre un fondo de color uniforme.

Esto es referido al pelaje del caballo o del animal vacuno: que tiene manchas sobre un fondo de color uniforme.

Diccionario integral del español de la Argentina (2008).

Manchado: - adjetivo - Que tiene manchas como la piel manchada del leopardo. Participio regular del verbo manchar.

Ámbito geográfico

Las obras consultadas no nos ofrecen ningún dato acerca de la extensión del uso del término. Parece ser que, referido a las diferencias de color en el pelaje del animal, se trata de un americanismo general. En cuanto a las diferencias, en el caso del caballo, respecto a otros tipos de manchas, posiblemente se trate de un caso más específico del área rioplatense.

Conclusión criolla, rioplatense actual

Se dice del caballo de cualquier pelaje que tiene una mancha blanca de mayor tamaño que la del lunarejo. Cuando por tamaño y cantidad superan lo anteriormente descripto, deja de ser manchado pasando a ser overo. Por ejemplo, si la o las manchas vienen acompañadas con cara pampa, calces posteriores botas con delantal y mancha blanca periumbilical, se lo considera Overo.



 

 Bibliografía

El léxico del caballo en el Río de la Plata del siglo XIX y principios del XX. Una aportación al léxico hispánico.

 Autora: Mónica Lamas García.

Director: José Ignacio Pérez Pascual Rosalía Cotelo García.

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Origen de la terminología del pelaje zaino doradillo y la particularidad de la capa dorado y su denominación rioplatense actual

DORADO y DORADILLO

Adjetivo usado para denominar al caballo que tiene reflejos dorados.

Origen
En latín, a partir del término AURUM “oro”, se crea el verbo DEAURARE cuyo resultado en español es dorar y su participio dorado, con el sentido de aplicar a alguna cosa el color del oro.

Evolución
En algunas zonas de América, se le añade un nuevo significado al adjetivo dorado, y es para designar al caballo que presenta reflejos dorados en su pelaje. A partir de este y mediante la adición del sufijo (se agrega detrás de la palabra para formar una nueva) diminutivo -illo- se crea el término doradillo, sin embargo, en este caso el afijo (que se escribe en medio de la palabra) indica una intensificación de la cualidad señalada, aplicándose al animal que presenta un pelaje con reflejos dorados brillantes, matiz que lo diferencia del anterior.

En algunos casos, encontramos ambos términos como sinónimos y, en otros, como variantes diatópicas (que se debe a diferentes procedencias geográficas hablantes) del mismo término. En cualquier caso, nosotros los trataremos como dos vocablos diferenciados, en el primero de los cuales, dorado, se produce una ampliación de significado y en el segundo, doradillo, se crea un nuevo término por derivación, para designar una realidad distinta de la anterior, aunque esta palabra ya se empleaba en español con diferentes significados, pues este último designaba a un ave, la lavandera blanca.

Significado
Como ya se ha señalado, el término dorado designa al caballo que presenta reflejos dorados, normalmente sobre un pelaje bayo o alazán, lo que le confiere un tono melado (del color de la miel). Doradillo, por su parte, señala al mismo tipo de caballo, pero con la peculiaridad de presentar reflejos dorados brillantes, matiz este que, como hemos señalado, lo diferencia del anterior.

Para Tito Saubidet, la diferencia entre ambos residiría en que el caballo dorado presenta una base de bayo o alazán, mientras que, en el caso del doradillo la base sería de color colorado claro o rosado.

La RAE incluye por primera vez esta acepción en su diccionario en la edición de 1927: «DORADILLO en Argentina y Costa Rica, aplicase a la caballería de color melado brillante», prácticamente la misma definición que nos ofrece en su última edición (2014), si bien en esta última añade a Uruguay, a las áreas de uso.

En lo que respecta a doradillo, las zonas designadas para su utilización son: América Central, más específicamente, Costa Rica, el área rioplatense y Chile.

Nos encontramos, pues, ante dos americanismos que se emplean en determinadas áreas lingüísticas, aunque no se trata de americanismos generales.

Conclusión rioplatense actual

Llámase “doradillo” al caballo de pelaje zaino colorado con muy bajo porcentaje de pelos negros difusos entre un alto porcentaje de rojos. Su crin cola y cabos son negros.

El rojo que da la tonalidad definitiva del doradillo es de un matiz débil que vira ligeramente al amarillo (sin llegar a serlo) siendo esta la causa por la cual ante la presencia de luz intensa (sol) da reflejos áureos (del color del oro).

Llámase “dorado” al caballo que presenta características semejantes al zaino doradillo, pero sobre un pelaje bayo o alazán, presenta reflejos áureos cuando está en buenas condiciones de salud, nutrición e higiene.

 

      
 Zaino doradillo                                                    Dorado

 

 Bibliografía

El léxico del caballo en el Río de la Plata del siglo XIX y principios del XX. Una aportación al léxico hispánico.

Autora: Mónica Lamas García.

Director: José Ignacio Pérez Pascual Rosalía Cotelo García.

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Origen de la terminología de la particularidad de la cabeza malacara y su denominación rioplatense actual


MALACARA
Adjetivo particularmente de la capa castaña y que tiene una lista blanca desde la frente hasta el hocico.

Origen
Malacara se crea por composición a partir de dos vocablos españoles: el adjetivo mala, procedente del latín MALUS, A, UM, con el mismo significado que en castellano, “negativo, falto de cualidades”; y el sustantivo cara, de origen incierto, que puede tratarse de una voz prerromana o del griego arcaico κάρα “cabeza” que habría entrado en el español a través del latín.

Evolución
En el Río de la Plata, como hemos señalado, se crea por composición el término malacara para referirse al caballo que presenta una lista blanca, desde la frente hasta el hocico, llamado en la España:

Careto, “que tiene la cara blanca, con la frente y el resto de la cabeza de color oscuro” o Semicareto, “cuando la mancha cubre solo un lado de la frente del animal”.

El caballo malacara presenta, en origen, una capa de color castaño o colorado y a este tipo sería al que se referiría el término cuando aparece solo; sin embargo, en los casos en que dicha peculiaridad se presenta en pelajes de otro color, el adjetivo se utiliza siempre pospuesto al nombre del color predominante, así hablamos de alazán malacara, zaino malacara, bayo malacara, etc.

Tito Saubidet añade nuevos datos al vocablo y nos indica que la mancha puede ser «interrumpida o perdida y tuerta, o sea desviada» e incluye dos modalidades del mismo: malacara mascarilla, cuando sobre la cara blanca se interpolan pequeñas manchas de otro color, y el malacara testerilla, que es cuando las lleva sobre la frente. Una cuestión interesante, desde el punto de vista semántico, es la causa que ha llevado a la elección de un término negativo -mala- en la creación de la voz, elemento que no aparece en la forma careto. Quizá la solución se encuentre en el hecho de que los gauchos preferían unos pelajes frente a otros, que consideraban que dotaban al animal de características negativas y, posiblemente, la peculiaridad a que nos venimos refiriendo se encuentre entre estas últimas. Javier Viana, en su Biblia Gaucha, lo explica de este modo.

La primera preocupación ha de ser el pelo. El “colorado sangre de toro” es el preferido, pero abunda poco. El “zaino negro”, el “tostado”, el “picazo cabos blancos”, el “moro” y el “tordillo”, son los pelajes preferidos. Nadie elegirá un “lobuno”, un “pampa”, un “rabicano” y muchos menos un “tubiano”, por más linda que sea su estampa.

Prácticamente todos los caballos a los que hace referencia como «favoritos» entre los gauchos se caracterizan por presentar un pelaje uniforme, mientras que la mayoría de los que se rechazan presentan manchas de colores diferentes en el pelo.

En conclusión, nos encontramos ante una voz de creación americana, más concretamente rioplatense, que hace referencia a una peculiaridad en el pelo del caballo.

Significado
Se llama malacara al caballo de capa castaña que presenta una lista blanca en
la cara desde la frente hasta al hocico. El adjetivo puede emplearse también con
pelajes de otros colores en la capa, pero, en este caso, debe anteponerse el color del
pelaje al adjetivo.

Concurrencia lexicográfica

Encontramos la primera definición de malacara en el Vocabulario rioplatense razonado (1890), de Daniel Granada:

Malacara: Adjetivo -Dícese del caballo o yegua que tiene una lista blanca en la cabeza desde la frente al hocico. Lo propio en Río Grande del Sur- Brasil.

(Beaurepaire - Rohán), tomado de sus vecinos rioplatenses».

El mismo autor amplía su definición en el artículo «Terminología hípica española e hispanoamericana» (1921):

Malacara: Con lista blanca desde la frente al hocico: alazán malacara, zaino malacara. Se antepone al nombre de la capa, menos cuando es negra (porque el picazo por sí solo significa que tiene la lista blanca además de los remos, y sin lo blanco de estos califícase simplemente de oscuro) y cuando es castaña porque la sola expresión de malacara la presupone.

Esta singularidad de sobrentenderse castaño el pelo, cuando se nombra a secas un
malacara tiene origen de la época de las bagualadas, cuyo pelo, como arriba queda advertido, era castaño [Caballo de cualquier otro pelo que se hallare entre los baguales, era sin duda ninguna, un doméstico alzado. Por tanto, a la aparición de uno con la susodicha lista blanca, de más estaba anteponer el calificativo de castaño al nombre de malacara. En países cuya única riqueza ha sido la ganadería, el lenguaje hípico de la campaña se impuso al de la ciudad, y de ahí la generalización y sentido de castaño con lista blanca en la cara. Ya se ha dicho que jamás se dice castaño, sino colorado.

En 1910, Tobías Garzón lo incluye en su Diccionario de americanismos:

Malacara: Adjetivo argentino- Dícese del caballo que tiene el cuerpo colorado y la frente blanca.

El DRAE (Diccionario de la Real Academia Española) lo introduce por primera vez en su edición de 1927:

Malacara: Adjetivo Argentino- Dícese del caballo o yegua que tiene una lista blanca en la frente. Posteriormente, aparece en las ediciones de 1950, 1984, 1989 y 1992.

En la última edición (2014): Argentina, México y Paraguay- Dicho de un caballo que tiene blanca la mayor parte de la cara.

Otras definiciones encontradas en las distintas obras lexicográficas consultadas son las siguientes:

Augusto Malaret, Diccionario de americanismos (1946).

Malacara: Adjetivo argentino y uruguayo- Dícese del caballo que tiene el cuerpo colorado y la frente blanca.

Tito Saubidet, Vocabulario y refranero criollo (1948).

Malacara: Pelaje de caballo que significa llevar pelo blanco en la mayor
parte de la superficie anterior de la cabeza. El malacara se diferencia de la lista, por
el ancho y así mayor apariencia del blanco. Hay malacara con cualquier capa, así
en los colorados, cebrunos, alazanes, gateados, etc. El primero es el más frecuente
y él ha hecho suyo el adjetivo, pues, así como en el caso del ruano, que dicho simplemente significa, el alazán ruano, (a pesar de haber tostados, bayos y rosillos
ruanos), también al decir malacara solamente, se entiende el colorado con tal
detalle. La mancha banca puede ser interrumpida o perdida y tuerta, o sea desviada. Además, puede tener otras particularidades; así, el malacara mascarilla, cuando
sobre la cara blanca se interpolan pequeñas manchas de otro color y el malacara

testerilla que las lleva sobre la frente. Asimismo, son frecuentes los malacaras overos (con manchas blancas en el cuerpo), los malacaras rabicanos, etc.

Marcos A. Morínigo, Diccionario de americanismos (1985).

Malacara: Adjetivo argentino, paraguayo y uruguayo- Dícese del caballo que tiene el cuerpo de color rojizo y la frente blanca.

Haensch - Nuevo diccionario de uruguayismos (1993).

Malacara: sustantivo/adjetivo: Caballo que tiene una mancha blanca que ocupa
más de la mitad de la cara y que se extiende en la frente, por entre los ojos y hasta el hocico.

Diccionario práctico de americanismos Everest (1997).

Malacara: adjetivo argentino- Se dice del caballo o yegua que tiene una lista blanca
en la frente.

Diccionario de hispanoamericanismos […] Cátedra (1997).

Malacara: adjetivo- Caballo o yegua que tiene la cara blanca (o solo una lista vertical

Conclusión rioplatense actual

Es el caballo, que tiene una línea blanca de más de cuatro centímetros de ancho. Puede abarcar toda la amplitud longitudinal de la cara, pero no debe envolver a los ojos. Es bueno agregar que, en la terminología general, cuando se dice malacara como única expresión, se da por entendido que se trata del Zaino colorado o Zaino doradillo malacara. Esta acepción ya es, en lo que a pelajes se refiere, aceptada y entendida por todos.