Origen de la terminología de la particularidad de la cabeza malacara y su denominación rioplatense actual
MALACARA
Adjetivo particularmente de la capa castaña y que tiene una lista blanca
desde la frente hasta el hocico.
Origen
Malacara se crea por composición a partir de dos
vocablos españoles: el adjetivo mala, procedente del latín MALUS, A, UM, con el mismo significado que en
castellano, “negativo, falto de cualidades”; y el sustantivo cara, de origen incierto, que puede tratarse
de una voz prerromana o del griego arcaico κάρα “cabeza” que habría entrado en
el español a través del latín.
Evolución
En el Río de la Plata, como hemos señalado, se crea por composición el
término malacara para referirse al caballo que presenta una lista blanca, desde la frente
hasta el hocico, llamado en la España:
Careto, “que tiene la cara blanca, con la frente
y el resto de la cabeza de color oscuro” o Semicareto, “cuando la mancha cubre solo un lado de la frente del animal”.
El caballo malacara presenta, en origen, una capa de color castaño o colorado y a este tipo
sería al que se referiría el término cuando aparece solo; sin embargo, en los
casos en que dicha peculiaridad se presenta en pelajes de otro color, el
adjetivo se utiliza siempre pospuesto al nombre del color predominante, así
hablamos de alazán malacara, zaino malacara, bayo malacara, etc.
Tito Saubidet añade nuevos datos al vocablo y nos indica que la mancha
puede ser «interrumpida o perdida y tuerta, o sea desviada» e incluye dos modalidades del mismo: malacara mascarilla, cuando sobre la cara
blanca se interpolan pequeñas manchas de otro color, y el malacara testerilla, que es cuando las
lleva sobre la frente. Una cuestión interesante, desde el punto de vista
semántico, es la causa que ha llevado a la elección de un término negativo -mala- en la creación de la voz, elemento
que no aparece en la forma careto. Quizá la solución se encuentre en el hecho de que los gauchos
preferían unos pelajes frente a otros, que consideraban que dotaban al animal
de características negativas y, posiblemente, la peculiaridad a que nos venimos
refiriendo se encuentre entre estas últimas. Javier Viana, en su Biblia Gaucha, lo explica de este modo.
La primera preocupación ha de ser el
pelo. El “colorado sangre de toro” es el preferido, pero abunda poco. El “zaino
negro”, el “tostado”, el “picazo cabos blancos”, el “moro” y el “tordillo”, son
los pelajes preferidos. Nadie elegirá un “lobuno”, un “pampa”, un “rabicano” y
muchos menos un “tubiano”, por más linda que sea su estampa.
Prácticamente todos los caballos a los que hace referencia como «favoritos» entre los gauchos se
caracterizan por presentar un pelaje uniforme, mientras que la mayoría de los que
se rechazan presentan manchas de colores diferentes en el pelo.
En conclusión, nos encontramos ante una voz de creación americana, más concretamente
rioplatense, que hace referencia a una peculiaridad en el pelo del caballo.
Significado
Se llama malacara al caballo de capa castaña que presenta una lista blanca en
la cara desde la frente hasta al hocico. El adjetivo puede emplearse también
con
pelajes de otros colores en la capa, pero, en este caso, debe anteponerse el
color del
pelaje al adjetivo.
Concurrencia lexicográfica
Encontramos la primera definición de malacara en el Vocabulario rioplatense razonado (1890), de Daniel Granada:
Malacara: Adjetivo -Dícese del caballo o yegua que tiene una lista
blanca en la cabeza desde la frente al hocico. Lo propio en Río Grande del Sur- Brasil.
(Beaurepaire - Rohán), tomado de sus vecinos rioplatenses».
El mismo autor amplía su definición en el artículo «Terminología hípica española e hispanoamericana» (1921):
Malacara: Con lista blanca desde la frente al hocico: alazán malacara, zaino malacara. Se antepone al nombre de la capa, menos cuando es negra (porque el picazo por sí solo significa que tiene la lista
blanca además de los remos, y sin lo blanco de estos califícase simplemente de oscuro)
y cuando es castaña porque la sola expresión de malacara la presupone.
Esta singularidad de sobrentenderse castaño el pelo, cuando se nombra a
secas un
malacara tiene origen de la época de las
bagualadas, cuyo pelo, como arriba queda advertido, era castaño [Caballo de
cualquier otro pelo que se hallare entre los baguales, era sin duda ninguna, un
doméstico alzado. Por tanto, a la aparición de uno con la susodicha lista
blanca, de más estaba anteponer el calificativo de castaño al nombre de malacara. En países cuya única riqueza ha sido
la ganadería, el lenguaje hípico de la campaña se impuso al de la ciudad, y de
ahí la generalización y sentido de castaño con lista blanca en la cara. Ya se
ha dicho que jamás se dice castaño, sino colorado.
En 1910, Tobías Garzón lo incluye en su Diccionario de americanismos:
Malacara: Adjetivo argentino- Dícese del caballo que tiene el cuerpo colorado y la frente blanca.
El DRAE (Diccionario de la Real Academia Española) lo introduce por
primera vez en su edición de 1927:
Malacara: Adjetivo Argentino- Dícese del caballo o yegua que tiene una lista blanca en la frente. Posteriormente,
aparece en las ediciones de 1950, 1984, 1989 y 1992.
En la última edición (2014): Argentina, México y Paraguay- Dicho de un
caballo que tiene blanca la mayor parte de la cara.
Otras definiciones encontradas en las distintas obras lexicográficas consultadas
son las siguientes:
Augusto Malaret, Diccionario de americanismos (1946).
Malacara: Adjetivo argentino y uruguayo- Dícese del caballo que tiene el
cuerpo colorado y la frente blanca.
Tito Saubidet, Vocabulario y refranero criollo (1948).
Malacara: Pelaje de caballo que significa llevar pelo blanco en la mayor
parte de la superficie anterior de la cabeza. El malacara se diferencia de la
lista, por
el ancho y así mayor apariencia del blanco. Hay malacara con cualquier capa,
así
en los colorados, cebrunos, alazanes, gateados, etc. El primero es el más
frecuente
y él ha hecho suyo el adjetivo, pues, así como en el caso del ruano, que dicho
simplemente significa, el alazán ruano, (a pesar de haber tostados, bayos y
rosillos
ruanos), también al decir malacara solamente, se entiende el colorado con tal
detalle. La mancha banca puede ser interrumpida o perdida y tuerta, o sea desviada.
Además, puede tener otras particularidades; así, el malacara mascarilla, cuando
sobre la cara blanca se interpolan pequeñas manchas de otro color y el malacara
testerilla que las lleva sobre la frente. Asimismo, son frecuentes los malacaras
overos (con manchas blancas en el cuerpo), los malacaras rabicanos, etc.
Marcos A. Morínigo, Diccionario de americanismos (1985).
Malacara: Adjetivo argentino, paraguayo y uruguayo- Dícese del caballo que tiene el cuerpo de color rojizo y la frente
blanca.
Haensch - Nuevo diccionario de uruguayismos (1993).
Malacara: sustantivo/adjetivo: Caballo que tiene una mancha blanca que
ocupa
más de la mitad de la cara y que se extiende en la frente, por entre los ojos y
hasta el hocico.
Diccionario práctico de americanismos Everest (1997).
Malacara: adjetivo argentino- Se dice del caballo o
yegua que tiene una lista blanca
en la frente.
Diccionario de hispanoamericanismos […] Cátedra (1997).
Malacara: adjetivo- Caballo o yegua que tiene la cara blanca (o solo una
lista vertical
Conclusión rioplatense actual
Es el caballo, que tiene una línea blanca de más de cuatro centímetros
de ancho. Puede abarcar toda la amplitud longitudinal de la cara, pero no debe
envolver a los ojos. Es bueno agregar que, en la terminología general, cuando
se dice malacara como única expresión, se da por entendido que se trata del Zaino
colorado o Zaino doradillo malacara. Esta acepción ya es, en lo que
a pelajes se refiere, aceptada y entendida por todos.
Impecable, al principio leía "lista" y me preguntaba pero "mala cara es más que listado", hasta que al final de su comentario lo encontré
ResponderEliminarMe alegro que lo haya aprovechado.
ResponderEliminarSaludos.